la indisolubilidad de las anclas

X

Se vive solamente una vez,
hay que aprender a querer y a vivir
cuando no es tarde aún para creer
propicio el día venidero
                        menos duro
el adoquín, menos oscura la noche,
incierta la tristeza
                     a veces bastan
dos páginas de un libro para creer
eterna la eternidad, eternos
tus besos
siempre entre el recuerdo y la esperanza

nunca morirás, nunca moriré despacio
como aquellos días de verano, lejano
parecía eternizarse el balandro
                               tu cuello
nunca cerrará el día con un no blanco
en el agua
          nunca te ahogarás, nunca me dirán
que algún mar haya disuelto un áncora.

Manuel Vázquez Montalbán


áncora.

Del lat. ancŏra, y este del gr. ἄγκυρα ánkyra.
1. f. ancla (‖ de la embarcación).
2. f. Aquello que sirve o puede servir de amparo en un peligro o
infortunio.
3. f. Arq. ancla (‖ pieza de metal que asegura la función de un
tirante).

la soberanía del vacio y la pugnaz vida

EL MONO EXTERIOR

¿Te acuerdas del Triunfo de Alejandro Magno, de Gustave Moreau?
La belleza y el terror, el instante de cristal en que se corta
la respiración. Pero tu no te detuviste bajo esa cúpula
en penumbras, bajo esa cúpula iluminada por los feroces
rayos de armonía. Ni se te cortó la respiración.
Caminaste como un mono infatigable entre los dioses
pues sabías −o tal vez no− que el Triunfo desplegaba
sus armas bajo la caverna de Platón: imágenes,
sombras sin sustancia, soberanía del vacío. Tú querías
alcanzar el árbol y el pájaro, los restos
de una pobre fiesta al aire libre, la tierra yerma
regada con sangre, el escenario del crimen donde pacen
las estatuas de los fotógrafos y de los policías, y la pugnaz vida
a la intemperie. ¡Ah, la pugnaz vida a la intemperie! 

Roberto Bolaño

pugnaz.
Del lat. pugnax, -ācis.

1. adj. Belicosoguerrero.